JESÚS:
Él es nuestro amigo, nuestro hermano, nuestro Señor y nuestro Rey. Es Dios mismo que se hizo hombre para darnos una nueva vida, la de hijos de Dios.
Es quien nos guía con su palabra, nos sana con su perdón y nos alimenta en la Eucaristía.
Somos buenos cristianos cuando lo conocemos con entusiasmo y lo amamos con amor sincero. De esta manera podremos decir con san Pablo: "Ya no soy yo quien vive, sino es Cristo que vive en mi"(Gálatas 2, 20).
Nuestro principal modelo no puede ser otro que Jesús. Él es la imagen de Dios Padre hecha hombre y nos pide que seamos como Él.
LA VIRGEN MARÍA:
Ella es Madre de Jesús y también nuestra Madre. La Santísima Virgen María fue, por propia voluntad, la seguidora del Señor. Cuando el ángel Gabriel le anunció que sería Madre de Jesús, ella aceptó con humildad y sencillez de corazón, gracias a la fuerza de su fe.
Al enterarse de que su prima Isabel la necesitaba, corrió a su encuentro para cuidarla y transmitirle el gozo de la salvación.
En las bodas de Cana ella estaba atenta a la necesidad de los jóvenes esposos que se quedaron sin vino e intercedió por ellos ante Jesús para buscar una solución.
Acompañó a Jesús en sus momentos difíciles y, al pie de la cruz recibió de los labios de su Hijo la misión de ser la Madre de todos.
Debemos acercarnos a nuestra Madre del Cielo, imitar sus virtudes y dejar que ella nos guíe.
LA IGLESIA:
Cristo ha querido que la Iglesia sea un Pueblo reunido como familia de Dios en la unidad, donde todos los fieles vivan en comunión.
Dios quiere que todos tengamos una familia. Un papá y una mamá que nos amen, nos cuiden, nos eduquen. A veces, por distintas razones, pueden faltarnos, pero otras personas podrán cumplir con amor y generosidad esta tarea y nos regalarán su amor. .
Debemos amar a quienes constituyan nuestra familia como Jesús amó a
la suya, allá en Nazareth, para que pueda ser una verdadera "Iglesia doméstica".
Dios ha querido que cada uno nazca en un Pueblo, una Nación a la que tenemos que respetar y amar porque es nuestra patria. Debemos en ella ser constructores de la paz, trabajar por la justicia y la solidaridad y así hacer presente el Reino de Amor.
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