“Jesús te encontramos “
Sábado 25 de Agosto
Sábado 25 de Agosto
Nos vamos Preparando.......
“Lo previo será hermanarnos en el equipo vicarial, descubrir los talentos, esforzarse
para que las cosas salgan lindas, embellecer la liturgia de esta peregrinación tan
importante para la ciudad, aprovechar la ocasión de atravesar la ciudad como un río
de vida y de sanidad. “
UN MOMENTO DE ORACIÓN y REFLEXIÓN
Para los animadores y dirigentes
Jesús te encontramos… en nuestro pasado
Otra vez se acerca del día de la Peregrinación… y preparamos nuestros corazones para caminar. Muchas veces nos dijeron que “peregrinar es algo así como vivir”. Y es cierto. No en vano, en el medioevo, se hablaba del hombre peregrino, un eterno caminante, un viajero incansable gracias a que su Dios lo acompaña, lo sostiene y lo alimenta en el camino. Y María, claro, está junto a nosotros en este viaje.
Mirá, algunas veces, cuando el presente se pone difícil, me gusta mirar hacia atrás. Algunos pensarán que me escapo y me refugio en el pasado. Puede ser. Pero también es cierto que si pienso en cuántas veces descubrí el paso de Dios o Él salió a mi encuentro, encuentro fuerzas para seguir caminando ahora.
Por eso te invito a mirar hacia atrás, hacia tu infancia. No quiero que te llenés de nostalgia, ese sentimiento que te detiene con tristeza en el pasado y no te deja seguir caminando con alegría. Tampoco quiero que te acuerdes de las macanas que hiciste; si así fuera, pensá enseguida en la misericordia de Dios que te perdonó. Y si te pasa que los recuerdos son dolorosos, invocá a María para que, con su ternura, te ayude a sanarte.
de vida y de sanidad. “
UN MOMENTO DE ORACIÓN y REFLEXIÓN
Para los animadores y dirigentes
Jesús te encontramos… en nuestro pasado
Otra vez se acerca del día de la Peregrinación… y preparamos nuestros corazones para caminar. Muchas veces nos dijeron que “peregrinar es algo así como vivir”. Y es cierto. No en vano, en el medioevo, se hablaba del hombre peregrino, un eterno caminante, un viajero incansable gracias a que su Dios lo acompaña, lo sostiene y lo alimenta en el camino. Y María, claro, está junto a nosotros en este viaje.
Mirá, algunas veces, cuando el presente se pone difícil, me gusta mirar hacia atrás. Algunos pensarán que me escapo y me refugio en el pasado. Puede ser. Pero también es cierto que si pienso en cuántas veces descubrí el paso de Dios o Él salió a mi encuentro, encuentro fuerzas para seguir caminando ahora.
Por eso te invito a mirar hacia atrás, hacia tu infancia. No quiero que te llenés de nostalgia, ese sentimiento que te detiene con tristeza en el pasado y no te deja seguir caminando con alegría. Tampoco quiero que te acuerdes de las macanas que hiciste; si así fuera, pensá enseguida en la misericordia de Dios que te perdonó. Y si te pasa que los recuerdos son dolorosos, invocá a María para que, con su ternura, te ayude a sanarte.
§
Te propongo este texto, de Martín Descalzo, que se llama “Los calcetines”.
Rosario Bofill acaba de contar en un precioso libro - Tiempo de Dios - una experiencia que seguro que comprenderán y compartirán muchas madres de familia. Un día, cuando sus hijas eran ya mayorcitas, quiso comprobar qué había quedado de su educación en los años infantiles. Durante ellos, Rosario se había esforzado por meter en las cabecitas de sus hijas algunas frases que esperaba fuese, para ellas, fundamentales. Palabras como «gracias» o «perdón» se las repitió tercamente en aquellos años, confiando en que quedarían impresas en la blanda cera de sus almas infantiles. Pero cuando quiso comprobar qué había quedado de todos aquellos consejos, comprobó que sus hijas no recordaban ni una sola de aquellas frases que ella esperaba fuesen decisivas.
De pronto, una de las niñas dijo: «Lo que yo sí recuerdo muy bien son los calcetines». Ahora la sorprendida fue la madre. «¿Qué pasaba con los calcetines?». La pequeña lo explicó: «Tú venías por la mañana a despertarnos. Nosotras estábamos aún llenas de sueño y de pereza y sacábamos sólo un pie entre las sábanas. Entonces tú nos ponías un calcetín. Luego sacábamos el otro pie y nos ponías el otro, mientras nosotras nos íbamos despertando. De eso sí tenemos un buen recuerdo».
La madre se quedó pensando que las palabras eran sólo palabras y se las llevaba el viento. Y que, en cambio, un gesto de amo queda para siempre.
Ahí está la clave de toda educación. Y de todo influjo en los seres humanos. Los niños - que son mucho más listos de lo que creemos - lo saben muy bien y distinguen perfectamente ente las palabras bonitas y la gente que les quiere de veras. Pero los adultos parece que no queremos enterarnos. Y un día nos sorprendemos al ver que los pequeños se han quedado con todo lo que menos esperábamos.
Hemos creído demasiado, me parece, en las ideas y poco en las vivencias, olvidando que el hombre es mucho más que su cabeza. Y no hemos querido entender - tal vez porque las palabras son más cómodas que las acciones - que a todos nos sale por un oído lo que por el otros nos entra y que, en cambio, permanece lo que nos entra por los ojos y se queda en el corazón.
Tal vez por ello han fracasado o se han quedado cortos la mayoría de los cambios y las revoluciones: porque la mayoría de los reformadores se quedaban muy satisfechos cuando habían redactado preciosos textos que recogían sus ideas, pero no se planteaban a fondo la reforma de las personas.
Por eso, en cambio, los que se dedicaron a sembrar las infancias de sus muchachos de gestos de amor saben que, antes o después, cuando pase el tiempo de las palabras, cuando el viento se lleve las ideologías que alguien les prendió con alfileres, lo que les quedará en el recuerdo serán aquellos gestos, el cariño con que pusieron unos calcetines, la ternura que hubo durante una enfermedad, el amor silencioso de las horas oscuras.
Cierro ahora mis ojos, ¿y qué queda de mi infancia? Nada recuerdo de los verbos irregulares, seguro que no sé resolver los quebrados, me atascaría en la lista de los ríos de Europa. Pero no he olvidado ni uno de los rostros de los que me quisieron y me enseñaron a ser feliz.
Rosario Bofill acaba de contar en un precioso libro - Tiempo de Dios - una experiencia que seguro que comprenderán y compartirán muchas madres de familia. Un día, cuando sus hijas eran ya mayorcitas, quiso comprobar qué había quedado de su educación en los años infantiles. Durante ellos, Rosario se había esforzado por meter en las cabecitas de sus hijas algunas frases que esperaba fuese, para ellas, fundamentales. Palabras como «gracias» o «perdón» se las repitió tercamente en aquellos años, confiando en que quedarían impresas en la blanda cera de sus almas infantiles. Pero cuando quiso comprobar qué había quedado de todos aquellos consejos, comprobó que sus hijas no recordaban ni una sola de aquellas frases que ella esperaba fuesen decisivas.
De pronto, una de las niñas dijo: «Lo que yo sí recuerdo muy bien son los calcetines». Ahora la sorprendida fue la madre. «¿Qué pasaba con los calcetines?». La pequeña lo explicó: «Tú venías por la mañana a despertarnos. Nosotras estábamos aún llenas de sueño y de pereza y sacábamos sólo un pie entre las sábanas. Entonces tú nos ponías un calcetín. Luego sacábamos el otro pie y nos ponías el otro, mientras nosotras nos íbamos despertando. De eso sí tenemos un buen recuerdo».
La madre se quedó pensando que las palabras eran sólo palabras y se las llevaba el viento. Y que, en cambio, un gesto de amo queda para siempre.
Ahí está la clave de toda educación. Y de todo influjo en los seres humanos. Los niños - que son mucho más listos de lo que creemos - lo saben muy bien y distinguen perfectamente ente las palabras bonitas y la gente que les quiere de veras. Pero los adultos parece que no queremos enterarnos. Y un día nos sorprendemos al ver que los pequeños se han quedado con todo lo que menos esperábamos.
Hemos creído demasiado, me parece, en las ideas y poco en las vivencias, olvidando que el hombre es mucho más que su cabeza. Y no hemos querido entender - tal vez porque las palabras son más cómodas que las acciones - que a todos nos sale por un oído lo que por el otros nos entra y que, en cambio, permanece lo que nos entra por los ojos y se queda en el corazón.
Tal vez por ello han fracasado o se han quedado cortos la mayoría de los cambios y las revoluciones: porque la mayoría de los reformadores se quedaban muy satisfechos cuando habían redactado preciosos textos que recogían sus ideas, pero no se planteaban a fondo la reforma de las personas.
Por eso, en cambio, los que se dedicaron a sembrar las infancias de sus muchachos de gestos de amor saben que, antes o después, cuando pase el tiempo de las palabras, cuando el viento se lleve las ideologías que alguien les prendió con alfileres, lo que les quedará en el recuerdo serán aquellos gestos, el cariño con que pusieron unos calcetines, la ternura que hubo durante una enfermedad, el amor silencioso de las horas oscuras.
Cierro ahora mis ojos, ¿y qué queda de mi infancia? Nada recuerdo de los verbos irregulares, seguro que no sé resolver los quebrados, me atascaría en la lista de los ríos de Europa. Pero no he olvidado ni uno de los rostros de los que me quisieron y me enseñaron a ser feliz.
§
¿Y, qué te pareció el relato? ¿Qué enseñanza sacás de él? Buscá en tu infancia estos gestos pequeños, sí, pero llenos de amor. Podés anotarlos en un papel, y darle gracias a Dios por ellos y rezar por quienes, aún sin saberlo, te hicieron experimentar la gran noticia que nos trae Jesús: Dios es Amor.
PARA TENER en CUENTA
GESTO SOLIDARIO...
Como todos los años juntaremos pañales : Los pañales serán llevados al lugar de SALIDA.
También se pueden llevar cuentos o fabricarlos, para los chicos de los hospitales. Recuerden que estos gestos solidarios funcionan si están bien estimulados, si los chicos pueden averiguar cuánto cuesta un pañal, cuántos se necesitan por día, cuántos chicos tienen los hospitales que no pueden pagárselos. Pensar desde Jesús en Belén «lo encontraron envuelto en pañales», encontremos a Jesús necesitado y ayudemos a María.
Una INFORMACION
El Sábado 25 de Agosto empezaremos a caminar 14.30 hs.
y la Misa está prevista para aproximadamente las 16.00 hs.
En caso de que llueva, a las 12 hs. se confirmará si la peregrinación se realiza o no en los teléfonos que se indican a continuación. Si llueve, la fiesta de la Virgen se celebrará en cada parroquia o colegio ya que las vicarías no cuentan con espacio suficiente para recibir en forma segura a la cantidad de chicos que año tras año se suman en cada columna.
Los lugares a los que peregrinará cada vicaría son los siguientes:
Vicaria BELGRANO
SALIDA: Colegio San Pablo (Palpa y Alvarez Thomas)
LLEGADA: María Auxiliadora-Parroquia San Juan Bosco (Dorrego y Crámer).
Teléfonos para consultar únicamente el día de la peregrinación: 4777-4047 / 4784-9207
Vicaria DEVOTO
SALIDA: Pquia. Ntra. Sra de la Anunciación -Altolaguirre 2041- (e/Mendoza y Juramento)
LLEGADA: Pquia. Cristo Rey -Zamudio 5551- (e/Larsen y Cochrane)
Teléfonos para consultar únicamente el día de la peregrinación: 4636-1825 / 4641-1572/0583
Vicaria CENTRO
Salimos de: Nuestra Sra. de Balvanera - Bartolome Mitre 2411
Llegada: Santísima Trinidad (Catedral Metropolitana) Rivadavia 400
Teléfonos para consultar únicamente el día de la peregrinación: 4901-1811 /4904-0648
Vicaria FLORES
Salimos: San Pio X ( Artigas al 5200 )
Llegada: Parroquia Luján Porteño (Francisco Bilbao 3474 )
Teléfonos para consultar únicamente el día de la peregrinación: 4632-1461 / 4601-0163
Teléfonos para consultar únicamente el día de la peregrinación: 4901-1811 /4904-0648
Vicaria FLORES
Salimos: San Pio X ( Artigas al 5200 )
Llegada: Parroquia Luján Porteño (Francisco Bilbao 3474 )
Teléfonos para consultar únicamente el día de la peregrinación: 4632-1461 / 4601-0163